Mi nuevo césped y la ventaja de las PYMES que utilizan las TIC

Recientemente he decidido hacer una pequeña inversión en mi casa, sustituir el césped natural por césped artificial. Cuando terminéis de leer esto,  alguna me vais a decir aquello de:

“En tu caso, la seriedad y el rigor en cualquier proyecto es enfermiza”.

Lleváis razón y también sabéis la respuesta: “Si vas a hacer algo, hazlo bien y si no puedes hacerlo bien, no pierdas el tiempo que hay muchas cosas en que emplearlo”.

Volviendo a mi césped artificial, esta aventura comenzó con un estudio preliminar, dentro de la unidad familiar, sobre la conveniencia o no de abordar esta inversión. El resultado, un ahorro estimado de 700€ al año, más el consiguiente ahorro en tiempo de mantenimiento. Contamos con un plazo de amortización de 5 años y ganamos bastante tiempo libre para dedicar a cosas más importantes (familia, amigos, etc.).

La capacidad de nuestros políticos

Tras las, más que cuestionables, declaraciones de nuestro ministro de educación sobre el “rendimiento” y las becas, es habitual ver informaciones sobre la formación o el rendimiento académico de algunos de nuestros políticos.

Más allá de si es éticamente reprobable o no la publicación de los expedientes académicos de nuestros políticos, se ha abierto el debate sobre la formación y la capacitación de algunos de ellos a la hora de desempeñar sus cargos.

Para mí es incuestionable que formación y capacitación son dos conceptos íntimamente relacionados y por ejemplo, tengo claro que yo no soy capaz de soldar dos tubos o no tendría un buen rendimiento (productividad y calidad) soldando tubos porque nunca me formé para ello, nunca aprendí a hacerlo. Sin duda, me siento totalmente capaz de aprender a hacerlo.

¿Han perdido los partidos políticos el tren del siglo XXI?

Thomas Jefferson decía: “Cada generación necesita una nueva revolución”.  No creo que sea cuestión de generaciones, pero sí creo que cada momento de la historia tiene su revolución. Durante muchos años en nuestro país, la democracia, tal y como la entendemos hoy, fue una revolución, un cambio en el que los españoles conquistamos muchos derechos que durante 40 años nos estuvieron negados.

Entre estos derechos estaba el derecho a elegir, cada cierto tiempo, a quienes nos gobiernan. En teoría, les elegimos en función de aquello que nos dicen que van a hacer o simplemente porque es de ellos de quienes más nos fiamos para que hagan aquellas cosas que más nos pueden beneficiar o que simplemente creemos que hay que hacer.

Papa, ¿en qué consiste el trabajo de los políticos?

Ufff, esta fue la primera respuesta, que salió de mis labios, ante esta  pregunta que me hizo mi hijo pequeño, con sólo 7 años, hace unos días. El primer pensamiento fue algo distinto:

“Si mis conversaciones fueran de futbol, seguro que las preguntas de mis hijos serían más sencillas de responder.”

Mi respuesta fue más o menos así:

“Aunque me gusta la política, yo no me considero político o al menos nunca he cobrado por ello. Pero supongo que lo más importante es escuchar a la gente y trabajar para que su vida sea un poquito mejor cada día.”

Mi hijo se quedó pensativo y al rato me dijo:

“Papa eso es fácil, yo escucho muy bien, sería un buen político.”

Una nueva profesión en tiempos de crisis: los “social media manager”

En un país como España en el que:

• El 74% de los habitantes con más de 14 años acceden a internet todos los días y casi el 80% de los mismos utilizan redes sociales.
• Y la palabra crisis es de las más escuchadas, una crisis que nos hunde día a día y con la tasa de paro batiendo record.

No es de extrañar que las empresas centren sus esfuerzos, cada día más, en sacarle partido a su presencia en las redes sociales. Aquí surge esta nueva profesión, habitual a lo largo y ancho del mundo civilizado y con un auge cada día mayor en nuestro país, los “social media manager”.